Autores
A. Fulgencio Delgado, I. Padrino Silva, I. Muñoz Ramírez, A. Asuero Llanes, B. Ruíz Duque
Introducción
La colonización crónica de bronquiectasias no fibrosis quística (FQ) por distintos microorganismos (siendo Pseudomonas Aeruginosa el más frecuente) se relaciona con mayor daño a nivel anatómico, deterioro rápido de la función respiratoria, aumento del número de ciclos de antibioterapia y mayor número de exacerbaciones; derivando en un aumento de la morbimortalidad. El objetivo de la antibioterapia inhalada es la reducción de la inflamación crónica para conseguir una mejoría sintomática, de la función pulmonar y, por tanto, de las agudizaciones en estos pacientes. Nuestro objetivo ha sido comparar las exacerbaciones de los pacientes con bronquiectasias no FQ e infección bronquial crónica antes y después de la instauración del antibiótico inhalado.
Metodología
Estudio descriptivo observacional de 21 pacientes con bronquiectasias no FQ e infección bronquial crónica tratados con colistina inhalada en nuestro centro. Se recogieron las variables sociodemográficas (edad y sexo), la etiología de las bronquiectasias y el patógeno responsable. Se comparó el número de exacerbaciones tanto ambulatorias como hospitalarias en los tres años previos al inicio del tratamiento en relación a los tres años posteriores mediante Chi-cuadrado.
Resultados
La edad media de nuestra población fue de 66+3 años, con predominio de mujeres (59,1%). La etiología más frecuente de las bronquiectasias fue la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) con un 36,4% y la Pseudomonas Aeruginosa el patógeno responsable de la gran mayoría de las colonizaciones (80,95%). La tasa de ingresos hospitalarios antes y después del inicio de la antibioterapia inhalada no mostró diferencias. Sin embargo, respecto a las agudizaciones ambulatorias, sí se encontraron diferencias estadísticamente significativas (p < 0,05). Del total de pacientes que no tuvieron ninguna agudización ambulatoria en los tres años posteriores al inicio de la antibioterapia inhalada, el 20% presentó más de diez en los tres años previos, otro 20% cinco, el 40% tres agudizaciones y el otro 20% había tenido una.
Conclusiones
Observamos una tendencia positiva hacia la reducción del número de ingresos tras inicio de la antibioterapia inhalada a pesar de no existir significación estadística, presentando prácticamente la mayoría de los pacientes menos de dos hospitalizaciones. Las diferencias significativas en cuanto a las exacerbaciones ambulatorias los tres años posteriores al tratamiento se traducen en un mejor control sintomático tras el inicio del antibiótico.