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Comunicaciones del 50º Congreso Neumosur

ANTIBIOTERAPIA INHALADA EN PACIENTES CON BRONQUIECTASIAS NO FIBROSIS QUISTICA E INFECCION BRONQUIAL CRONICA: EFECTO CLINICO Y FUNCIONAL.

Autores

A. Fulgencio Delgado, V. Gallego Gutiérrez, B. Ruiz Duque, I. Muñoz Ramírez, R. Figueriña López

Introducción

La infección bronquial crónica en pacientes con bronquiectasias se relaciona con deterioro de la función pulmonar, aumento de la disnea y exacerbaciones que repercuten negativamente en su morbimortalidad. La antibioterapia inhalada busca el control de los síntomas y la reducción de las exacerbaciones, estabilizando el deterioro de la función pulmonar y disminuyendo el impacto sanitario. Nuestro objetivo ha sido evaluar el grado de disnea y la capacidad funcional respiratoria de los pacientes con bronquiectasias no fibrosis quística (FQ) e infección bronquial crónica tratados con antibioterapia inhalada.

Metodología

Estudio descriptivo observacional de 21 pacientes con bronquiectasias no FQ e infección bronquial crónica que reciben antibioterapia inhalada durante al menos un año. Se registran las variables sexo, edad, hábito tabáquico, etiología y localización de las bronquiectasias. Se examina la disnea (expresada mediante la escala mMRC) y la gravedad de la obstrucción (FEV1) antes y después del tratamiento. Se aportan los exitus durante el seguimiento.

Resultados

De los 21 pacientes, 13 eran mujeres (59,1%). La edad media fue 66 + 3 años. Ninguno era fumador activo, con un 40,9% de exfumadores. La etiología de las bronquiectasias fue variada, siendo la causa más frecuente de ellas la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) con un 36,4% de los casos. La mayoría de las bronquiectasias eran bilaterales (57,14%) y la Pseudomona aeruginosa el germen más aislado (80,95%). El antibiótico usado fue colistina inhalada, a excepción de un caso donde se usó tobramicina por intolerancia. La disnea era importante (mMRC≥2) antes (73,69%) y después (70,48%) de la terapia inhalada, con solo dos pacientes que reportaron mejoría clínica. La mayoría de los pacientes tenían una obstrucción al flujo aéreo moderada-grave (90,90%) que se distribuyó de forma similar tras el antibiótico inhalado (84,61%). Se registraron 5 exitus tras el inicio del tratamiento, ninguno de ellos relacionado con efectos secundarios y 1 de ellos por agudización respiratoria.

Conclusiones

Nuestro estudio no muestra empeoramiento de la función pulmonar tras el inicio de la antibioterapia inhalada, pero tampoco mejoría de la disnea. Probablemente aumentando los años de seguimiento y el tamaño muestral podamos analizar cambios más significativos en los objetivos analizados. La antibioterapia inhalada sigue siendo un pilar fundamental en el tratamiento de las bronquiectasias y serán necesarios más análisis para observar su impacto.

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