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Comunicaciones del 44º Congreso de Neumosur

TRANSICIÓN DE TREPROSTINIL SUBCUTANEO A INHALADO: NUESTRA EXPERIENCIA.

Autores

L. Piñel Jiménez, E. Cabrera César, N. Reina Marfil, M.C. Vera Sánchez, A. Ruíz Martín, M. Garza Graves, A. Martínez Mesa, M.C. Fernández Aguirre, J.L.Velasco Garrido

Introducción

El desarrollo de las terapias con prostanoides parenterales para el tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar (HAP) del grupo I a mediados de los años noventa cambiaron el manejo de la enfermedad, de forma que los pacientes consiguieron una mejoría de su estado funcional, calidad de vida y mortalidad. Sin embargo, se trata de un tratamiento complejo, no exento de riesgos, que interfiere significativamente en la calidad de vida de los pacientes. El treprostinil inhalado se plantea como una alternativa para muchos de estos pacientes.
Objetivo: Analizar las características de los pacientes que se han sometido a transición de treprostinil subcutáneo a inhalado.

Metodología

Estudio descriptivo, sobre dos pacientes a los que se les inicia transición de treprostinil subcutáneo a inhalado y que realizaron un seguimiento de 12 meses. Se han recogido datos acerca de la etiología de la HAP, motivo del cambio de vía de administración, tratamiento concomitante, posibles complicaciones secundarias al tratamiento inhalado, así como el estadio funcional, prueba de 6 minutos marcha (P6MM), datos ecocardiográficos y NT-proBNP antes y después de la transición.

Resultados

La etiología de la hipertensión pulmonar grupo I fue secundaria a cardiopatía congénita corregida en uno de los pacientes y por infección VIH en el otro. El motivo del cambio de vía de administración del tratamiento fue la preferencia del paciente por la mejoría en la calidad de vida. . En el momento del cambio de tratamiento, además del treprostinil subcutáneo, estaban recibiendo doble terapia oral con un antagonista del receptor de endotelina (ERA) y un inhibidor de la fosfodiesterasa 5 (PDE5i). La dosis de prostaciclina parenteral era de 22 ng/kg/min en una de las pacientes y de 20 ng/kg/min en la otra. La duración de la terapia prostanoide parenteral antes de la transición fue de 36 y 26 meses, respectivamente. La dosis de treprostinil inhalado se incrementó diariamente en 3 inhalaciones cuatro veces al día hasta alcanzar 9 inhalaciones cuatro veces al día el tercer día y suprimir el prostanoide parenteral.
Ambos pacientes estaban en clase funcional II previo al inicio de la transición. No se hallaron diferencias en la clase funcional, P6MM, datos ecocardiográficos ni NT-proBNP en comparación con el período previo a la transición.
Los pacientes mostraron comprensión rápida en el uso de su nuevo tratamiento inhalado y no hubo complicaciones.

Conclusiones

- El método no invasivo y fácil de administrar del treprostinil inhalado lo convierte en una alternativa atractiva para pacientes seleccionados con HAP que desean evitar las complicaciones asociadas con la terapia subcutánea.
- Dado el reducido número de pacientes en los que hemos llevado a cabo el cambio de terapia, los resultados no pueden extrapolarse con precisión a una población mayor, sin embargo pensamos que el tratamiento combinado con terapia oral y parenteral, podrían ser buenos candidatos a una transición segura de terapia parenteral a prostaciclina inhalada.

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