Autores
Antonio Hidalgo Molina, Dionisio Espinosa Jiménez, Antonio León Jiménez, Aurelio Arnedillo Muñoz.
Introducción
La prueba de esfuerzo cardiopulmonar (PECP) es una prueba de esfuerzo máxima con múltiples indicaciones. Una de ellas es la valoración, en los pacientes con riesgo moderado o alto según las pruebas funcionales en reposo, de indicación de cirugía, determinando el riesgo de morbimortalidad postoperatoria en la cirugía de resección por cáncer de pulmón. El objetivo de este estudio es analizar las pruebas de esfuerzo cardiopulmonar realizadas en pacientes con cáncer de pulmón resecable pero con pruebas funcionales respiratorias indicativas de moderado o alto riesgo quirúrgico.
Metodología
Estudio retrospectivo descriptivo de las pruebas de esfuerzo cardiopulmonar realizadas en nuestro servicio desde el año 2012 hasta la actualidad en pacientes con pruebas funcionales respiratorias indicativas de moderado o alto riesgo quirúrgico. Se recogieron los datos demográficos de los pacientes, el consumo pico de oxígeno (VO2max) obtenido en la PECP y la decisión de operabilidad. Asimismo, en los pacientes operados se ha recogido el tipo de intervención y si presentaron complicaciones postperatorias.
Resultados
Hemos recogida 77 pruebas de esfuerzo cardiopulmonar. 69 eran varones (89,6%) y 8 mujeres (10,4%). La edad media de los pacientes era de 64±78 años. 52 pacientes (67,5%) finalmente se operaron y 25 (32,5%) no.
De los pacientes a los que se desestimó la cirugía 17 (68%) fue porque la PECP lo contraindicaba, 6 (24%) por progresión metastásica del tumor y 2 (8%) por rechazo del paciente a la intervención.
La intervención más frecuente fue la lobectomía en 30 ocasiones (57,7%) seguida de la resección atípica en 19 ocasiones (36,5%) y la neumectomía en 3 ocasiones (5,8%).
De los pacientes operados 43 (82,7%) no presentaron complicaciones postperatorias mientras que 9 (17,3%) si entre las que destaca la presencia de fuga aérea persistente presente en 5 pacientes. Hubo 2 pacientes que sufrieron parada cardiorespiratoria en el postoperatorio. Uno de ellos recuperó tras maniobras de reanimación y otro paciente finalmente fue éxitus, por lo que la mortalidad en nuestro estudio fue de un 1,9%.
Conclusiones
La prueba de esfuerzo cardiopulmonar permitió la operabilidad de un número elevado de pacientes a los que las pruebas funcionales respiratorias lo contraindicaban.
El número de complicaciones en los pacientes a los que finalmente se permitió la cirugía fue muy bajo.
El porcentaje de éxitus en este grupo de pacientes fue ínfimo.