Autores
R. Sánchez-Oro Gómez, L. Jara Palomares, R. Morillo Guerrero, C. Caballero Eraso, L. Carrasco Hernández, A. Donate Salcedo, M. Ferrer Galván, A. Quintero Salvago, E. Quintero Gallego, E. Barrot Cortés
Introducción
La ventilación mecánica no invasiva con presión positiva ha demostrado ser un tratamiento útil tanto en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) como en pacientes con Síndrome Hipoventilación Obesidad (SHO).El objetivo de nuestro estudio fue: 1. Valorar y comparar la respuesta clínica y gasométrica en pacientes EPOC y SHO que reciben tratamiento con ventilación mecánica no invasiva (VNI). 2. Estudio de supervivencia tras el alta.
Metodología
Estudio prospectivo, llevado a cabo por neumólogos en planta de hospitalización, desde Enero de 2011 a Octubre de 2013, donde comparamos pacientes con EPOC y SHO que requirieron tratamiento con VNI por presentar acidosis respiratoria. Se incluyeron pacientes no subsidiarios de UCI y con limitación del esfuerzo terapéutico. Se llevó a cabo un análisis mediante gasometría arterial (GSA) de forma basal, a la 1-3 h y a las 24 h tras iniciar tratamiento con VNI. Durante el ingreso evaluamos la evolución clínica de los pacientes, mortalidad, estancia media y prescripción de VNI al alta.
Resultados
Muestra de 63 pacientes, con una edad media de 69,7±16,6, con predominio de varones (62%). En nuestra serie 33 (52,4%) presentaban AEPOC, 23 (36,5%) SHO y 7 (11,1%) síndrome de Overlap (AEPOC y SHO). Al inicio de la VNI la puntuación media de la escala de Glasgow, Charlson y Apache fue de 13,17, 2,82 y 27,9, respectivamente. La estancia media hospitalaria fue de 10,8 días. La mortalidad intrahospitalaria global fue del 30%, siendo más frecuente en los pacientes con AEPOC (estudio comparativo intragrupo; p<0.05). Realizamos un seguimiento medio de 5 meses, donde sólo evidenciamos una muerte en un paciente con síndrome de overlap. En los pacientes con EPOC el FEV1 medio fue de 37+/-13%. Respecto a los valores gasométricos no encontramos diferencias significativas en los tres grupos, con pH en la gasometría basal de: 7,29±0,94 en la AEPOC; 7,27±0,86 en SHO, y 7,26±0,54 en Síndrome de Overlap. Tras el inicio de la VMNI (1-3 h) se objetivó una mejoría del pH y de la presión arterial de oxígeno en las tres series. Tras 12-24 h con VMNI, el pH fue de 7,38±0,79 en la AEPOC, de 7,35±0,74 en el SHO y de 7,32±0,86 en Síndrome de Overlap. En los pacientes con AEPOC un Glasgow <11 se asoció a mayor mortalidad (p<0.05). El pH en gasometría arterial basal no fue predictor de mortalidad. El 43% de los pacientes se fueron de alta con VNI (74% en SHO, 18% AEPOC y 57% en Overlap)
Conclusiones
En nuestra serie el pH no asoció mal pronóstico ni en la determinación de la gasometría basal, ni a la 1-3 horas y 24 horas. La mortalidad observada en nuestra serie es más elevadas que en otras series publicadas, probablemente porque en nuestra serie se incluyen pacientes no subsidiarios de UCI o con limitación del esfuerzo terapéutico.