Autores
L. Cañón Barroso, J. Hernández Borje, E. Molina Cruz, L. García Bernardo, J. Marín Torrado, M.C. García García, A. Castañar Jover, J.A. Gutiérrez Lara
Introducción
Evaluar la exactitud diagnóstica y la tasa de falsos positivos (FP) y falsos negativos (FN) del TAC y del PET-TAC en detectar afectación ganglionar intratorácica en pacientes con sospecha de neoplasia intratorácica y hasta que punto es necesario confirmar ésta con procedimientos biópsicos.
Metodología
Estudio retrospectivo en el que se han incluido todos los pacientes a los que se realizó TAC y PET-TAC en nuestro Servicio en 4 años (Sep'06-Ago'10) y en los que se procedió comprobar el tipo de afectación mediante biopsia quirúrgica. El diagnóstico definitivo se estableció por toracotomía (88,6%) o mediastinoscopia (11,4%). Se estableció la exactitud diagnóstica del TAC y PET-TAC, su sensibilidad (S), especificidad (E), valor predicitivo positivo (VPP) y negativo (VPN), así como la tasa de FP y FN y el grado en que éstos modificaron la actitud terapéutica.
Resultados
Se incluyeron 35 pacientes (82,9% hombres) con una edad media de 60,5 años (DS: 11,7). Un 80% eran fumadores o exfumadores. El 31,4% habían tenido una neoplasia extrapulmonar previa. Las lesiones estudiadas fueron: nódulos (42,9%), masas (40%) y otras lesiones (17,1%). Definitivamente un 65,76% de los pacientes tenían patología neoplásica (adenocarcinoma 30,4%, cels. grande 21,7%, epidermoide 30,4% y otros 17,3%). La exactitud diagnóstica del TAC fue del 71,2%, la S del 30% (IC 95%: 0-63,4), la E del 74,8% (IC 95%: 66,4-83,1), el VPP del 9,3% (IC 95%: 0-21,04) y el VPN del 92,4% (IC 95%: 62,8-79,5%). Se produjeron 29 FP (en 12 pacientes; 34,2%) y 7 FN (4 pacientes; 20%). La exactitud diagnóstica del PET-TAC fue del 75%, la S del 66,6% (IC 95%:35,8-97,5), la E del 75,8% (IC 95%: 67,5-84,2), el VPP del 22,8% (IC 95%: 7,5-38,2) y el VPN del 95,5% (IC 95%: 90,6-100%). Se produjeron 27 FP (en 10 pacientes; 28,5%) y 4 FN (2 pacientes; 5,7%). Los FP modificaron la actitud en todos los pacientes: 5 por resultar lesiones benignas y en 5 por disminuir la estadificación prequirúrgica haciéndolos operables (pasaron de N2 a N0). Los FN sólo cambiaron la actitud terapéutica en un paciente (paso de N0 a N2).
Conclusiones
1.- En nuestra experiencia y aplicado a un conjunto de patologías intratorácicas (neoplásicas y no neoplásicas) el PET-TAC fue superior al TAC a la hora de detectar afectación ganglionar. 2- La tasa de FP fue elevada (28,5%) y afectó al manejo definitivo de la mayoría de los pacientes. 3.- La tasa de FN fue escasa y sólo modificó la actitud terapeútica en un caso. 4.- Creemos preciso confirmar la afectación ganglionar mediante biopsia en aquellos pacientes con ganglios PET positivos con el fin de ofrecer un manejo adecuado de los mismos.