Autores
P. Moreno Casado, A. Álvarez Kindelán, J.R. Cano García, F.J. Algar Algar, D. Espinosa Jiménez, J. Illana Wolf, F. Cerezo Madueño, A. Salvatierra Velázquez
Introducción
Los tumores neurogénicos intratorácicos pueden originarse de cualquiera de los elementos nerviosos del tórax y poseen un amplio espectro clínico e histológico. Aproximadamente el 95% se localizan en el mediastino posterior. En el momento actual, la falta de un diagnóstico de certeza previo a la cirugía, el crecimiento del tumor y la posibilidad de malignidad del mismo hacen de la resección quirúrgica precoz la estrategia terapéutica más aceptada. Objetivo: Analizar nuestra experiencia en el abordaje diagnóstico-terapéutico de los tumores neurogénicos.
Metodología
Se realizó un estudio retrospectivo de 34 pacientes intervenidos por un tumor neurogénico en los últimos 30 años en nuestra Unidad. Se evaluaron: datos demográficos, origen, localización, clínica, malignidad, abordaje, mortalidad intraoperatoria y morbilidad.
Resultados
La edad media de los 34 pacientes al diagnóstico fue de 39,68±14,19, incluyendo 16 hombres y 18 mujeres. El 91,4% de las neoplasias se localizaron en el mediastino posterior. Veinte casos (57,1%) se diagnosticaron de forma casual en un estudio de imagen. Entre los síntomas predominantes destacaron el dolor torácico en 12 pacientes, la disnea en 1 y la fiebre en 1. El procedimiento quirúrgico realizado en 32 casos (94,3%) fue la excisión tumoral completa, siendo la toracotomía posterolateral el abordaje más utilizado (28 pacientes). Cuatro pacientes se intervinieron exclusivamente por videotoracoscopia, mientras que en 3 fue preciso reconvertir a toracotomía. La histología fue: 16 schwannomas, 7 neurofibromas, 6 neurinomas, 2 ganglioneuromas, 1 paraganglioma y 1 mielomeningocele. Hubo 1 muerte intraoperatoria secundaria a desgarro aórtico en este último caso.
Conclusiones
Aunque la mayoría de los tumores neurogénicos del mediastino son de naturaleza benigna, la inseguridad en el diagnóstico, el creciente tamaño tumoral y la posibilidad de malignidad, hacen de la cirugía precoz la mejor opción terapéutica. En nuestra experiencia, la toracotomía posterolateral es el abordaje más utilizado, aunque recientemente se está extendiendo la videotoracoscopia como vía de elección.