Autores
B. Navas Bueno, M.C. Fernández Marín, J. Redel Montero, J.M. Vaquero Barrios, F. Santos Luna, R. Lama Martínez, J.R. Cano García*, J. Algar Algar*
Introducción
Análisis retrospectivo de la aparición de patología tumoral maligna en sujetos trasplantados en la Unidad de Trasplante Pulmonar del Hospital Universitario Reina Sofía.
Metodología
Estudio retrospectivo de pacientes sometidos a trasplante pulmonar entre octubre-1993 y agosto-2005. Se revisan las historias clínicas y bases de datos de pacientes trasplantados. Valores expresados en frecuencias y porcentajes mediante programa SPSS v 11.5.
Resultados
De un total de 207 pacientes trasplantados, 21 han desarrollado patología tumoral maligna (16 hombres (76%), 5 mujeres (24%); edad media 45.4 +/- 17.8 años). El tiempo medio de aparición desde el trasplante fue 2.8 +/- 2.4 años. Ocho pacientes (38,1%) desarrollaron un síndrome linfoproliferativo, de los cuales 7 eran seropositivos para virus de Epstein-Barr, siendo en todos los casos la anatomía patológica linfoma B de células grandes, diseminado en 2 casos y localizado en 6 pacientes: dos cerebrales, dos pulmonares, uno hepático, uno maxilar. Nueve tenían tumores cutáneos (42.9%): cuatro (19%) carcinomas epidermoides, tres (14.3%) basocelulares, uno (4.8%) con ambos tipos y un melanoma (4.8%). En la mayoría de los casos se relacionaban con áreas de exposición solar. Cuatro (19%) desarrollaron carcinomas de diversa localización: renal, mamario, broncopulmonar y un adenocarcinoma esofágico. La inmunosupresión inicial fue una combinación de Ciclosporina+Azatioprina+Corticoides en 15 pacientes (71.4%), Ciclosporina+Mofetil micofenolato+Corticoides en tres pacientes (14.3%), y otras combinaciones en el resto. De los 21 pacientes afectados 7 fallecieron, siendo la enfermedad tumoral la causa de la muerte en cinco casos.
Conclusiones
El 10% de los trasplantados pulmonares desarrollan un tumor maligno. Los tumores más frecuentes son cutáneos y su localización más habitual es las zonas de exposición a la luz solar. El segundo en frecuencia son los síndromes linfoproliferativos; en su mayoría linfomas localizados tipo B relacionados con infección por VEB.